La Foto de la semana 21-12-2014: "Felicidad"

  Merry Christmas & Happy New Year for everybody



Matilde era desgraciada. Su vida había sido, desde siempre, una consecución de despropósitos. Su corazón no bombeaba sangre, sólo lágrimas. Cada mañana al abrir los ojos, Matilde lloraba. Al principio lloraba a causa de sus problemas económicos, porque se sentía sola, no tenía trabajo, porque apenas podía alimentarse. Su situación mejoró cuando respondió al anuncio del supermercado de la esquina y la contrataron como cajera. Sin embargo, cada mañana al abrir los ojos, Matilde lloraba. Consiguió mudarse a un barrio mejor, a su mesa cada noche servía una cena caliente, pudo comprarse algo de ropa. Pero cada mañana al abrir los ojos, Matilde lloraba. Ya no recordaba por qué, pero continuaba llorando de manera rutinaria igual que se lavaba los dientes. Era el día de Navidad y Matilde, no tenía que trabajar. Sonó el despertador conectado con la emisora de radio local y tocaban su canción favorita. Ese día Matilde se olvidó de llorar. Lo mismo sucedió la siguiente mañana y la otra. Hasta que un día se despertó y una enorme sonrisa iluminó su rostro. Se sentía feliz y ni siquiera recordaba los millones de lágrimas derramadas.
A menudo utilizamos de forma casi inconsciente la palabra felicidad. Deseamos felices fiestas, decimos que tenemos una vida feliz, que somos felices. Que esto o aquello nos hace felices. 
Sin embargo la felicidad es mucho más etérea. Sólo tiene sentido en un determinado espacio e instante temporal. Es efímera, abstracta, intangible e incontable. 
Hay quien hace de ella el propósito de su vida. Hay quien desperdicia su vida buscándola y muere en el intento. En realidad, la felicidad es un sentimiento tan profundo y satisfactorio que apenas unos segundos nos compensan una larga serie de penurias. Por ello, me atrevería a definir la felicidad como un instante fugaz de satisfacción infinita. 
Así, para el nuevo año, desde Fotografía Edurne Iza, os deseamos dos mil quince diminutos e intensos instantes de felicidad. Doce meses de vida plena. Trescientos sesenta y cinco amaneceres con vuestra canción favorita en la radio. Que si una pena os inunda  de tristeza, a la mañana siguiente os olvidéis de llorar. Que vuestro corazón no bombee lágrimas si no sonrisas y buenas vibraciones. Que en este nuevo año os convirtáis en recolectores de instantes felices.




Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
Puedes descargarte esta foto libremente. La única restricción es su venta y/o el uso lucrativo de la misma. No olvides que toda obra pertenece a su autor, haz un buen uso de ella.

La Foto de la semana 14-12-2014: "Vaquebra"

El vaquebra es en realidad un personaje real y que inunda nuestras vidas. En el caso de la imagen que nos ocupa es una vaca con aspiraciones de cebra, a la que hemos denominado vaquebra. Sin embargo, en nuestro día a día estamos rodeados de ellos. El vecino que conduce un coche de alta gama y envía a sus hijos a colegios que no puede pagar. Que viste ropa de marca pero debe dinero a amigos y compañeros de trabajo, por no decir que el banco le ha cancelado todas sus tarjetas, es un vaquebra. 
También los encontramos en el trabajo. Son estos personajillos de tres al cuarto que gesticulan ampliamente para cubrir los espacios que la triste realidad de sus vidas dejan al descubierto. Los que inflan su currículum diciendo por ejemplo "empresario del sector de la comunicación" cuando en realidad tienen la franquicia de un kiosco de prensa. Directivo hostelero, el que regenta una caravana móvil que es a su vez su vivienda y la churrería de la esquina.
No me malinterpretéis, todas las anteriores son profesiones muy loables, válgame Dios, lo que es una pena es no poder decir, soy churrero o tengo un kiosco. En el fondo los vaquebras sufren mucho. No quisiera encontrarme bajo su piel, y no por lo de las rayas que hoy en día en la Pasarela Gaudí, Cibeles o Milano están muy de moda, tanto rayas como topos. Y ya que estamos puestos con la simbología animal, más ciego que un topo habría que estar para no identificar a un vaquebra.
En fin, estoy segura de que ahora que les hemos puesto nombre si miráis a vuestro alrededor reconocéis a más de uno y de que la próxima vez que alguien os pregunte dónde vais a pasar las vacaciones de Navidad, antes de contestar "en una cabaña en la nieve, en un pueblecito de las montañas", reconoceréis qué vais a visitar a la familia, que vive en un pueblo perdido del que todos los jóvenes huyeron hace décadas por no existir futuro profesional.

Moraleja: seas vaca, cebra o topo... Nunca te avergüences de quien en realidad eres. La belleza está en ser auténtico. 



Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 07-12-2014: "La luna y la güadaña"

Luna soñaba con un amor verdadero. Pasaba noches y días imaginando encontrar a quien le aceptara tal y como era. Con sus luces y sus sombras. Con su belleza radiante y con su cara oculta. Al fin y al cabo, ¿quién no la tiene en esta vida? pensaba ella para sus adentros. La única diferencia es que unos lo muestran y otros no. Hay quien valientemente enseña lo mejor y lo peor de sí mismo y quien atraviesa este mundo como si de un escenario de teatro se tratara y el lema "el espectáculo debe continuar" domina sus vidas. Luna era consecuente con su forma de ser. Quizá mejor, quizá peor, no estaba interesada en juzgarlo, tan sólo se comportaba conforme su ética le guiaba.

Un día Luna conoció a un hombre siniestro. Vestía de negro y portaba una enorme y afilada guadaña en su mano derecha. El hombre aterrorizaba a Luna, al tiempo que la llenaba de intriga y curiosidad. El desconocido le prometió lo que a ella le parecía imposible. Le ofreció presentarle a esa persona especial que llevaba toda su vida esperando. Leyendo entre las líneas de novelas caballerescas y escudriñando en las caras de cada nuevo vecino, de los viandantes que se cruzaban con ella en los semáforos de la ciudad. ¿A cambio de qué? preguntó inquisitiva, No soy tonta, ¿sabe?. 

 que eres una muchacha muy inteligente y por eso te hago la propuesta a ti y no a cualquiera de los otros cientos de chicas con las que me cruzo por la calle cada día. Lo único que te pediré a cambio es que aceptes que el Sol gire en torno a tí e ilumine tus días. A cambio tu iluminarás sus noches.

La chica estaba algo confundida, no entendía exactamente los términos del trato pero antes de que pudiera profundizar en las condiciones el hombre le mostró la imagen de una pareja feliz. Ellos no llegan a casa y están solos. Se tienen el uno al otro. Comparten alegrías y tristezas, son una familia, construyen juntos su futuro. ¿No es eso lo que anhelas joven Luna?.

Antes de que el hombre terminara sus palabras Luna se dejó llevar por el profundo sentimiento de abandono y contestó tajante. Sí, acepto. 

El hombre esbozó una malévola sonrisa y puso frente a Luna una vida perfecta. De pronto tenía una preciosa casa, cenaba junto al hombre de sus sueños y compartía una existencia tanto o más feliz que la que tantas veces había imaginado. Disfrutó de las horas más maravillosas de su vida. Sin embargo, apenas los primeros rayos del sol brillaron en el firmamento el timbre de la puerta sonó con insistencia. Aún somnolienta abrió y se encontró en el umbral al oscuro individuo. No tuvo tiempo de reaccionar cuando él blandió su enorme y afilada guadaña en el aire y dibujando movimientos rítmicos y violentos se acercó tanto a Luna que ésta comenzó a temblar. La negra figura emitió un grito ensordecedor y la guadaña cayó implacable sobre la joven. No hubo sangre ni su cuerpo quedó cercenado. Tan sólo comenzó a girar a gran velocidad y se elevó hasta el cielo ocupando la exacta posición de la Luna. Ese fue su triste destino, pasar los días iluminada por el Sol dando brillo a sus noches. 

Cuentan los más ancianos que en su cara oculta, Luna llora lamentando su error. Ya no tiene sueños. Solo tiene días y noches y una infinita soledad desde la cual observa a hombres y mujeres ser felices y desgraciados, perseguir sus ilusiones, triunfar y fracasar. Ser lo que ella nunca podrá volver a ser...Humanos.



Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 30-11-2014: "Noches de fuego y flores"

Cuando el sol acaricia el horizonte, todo cuanto nuestro ojos alcanzan a ver se tiñe de fuego. El día se extingue entre sus llamas y todas la criaturas diurnas apuran los últimos minutos de actividad. Las flores estiran sus pétalos atrapando los últimos resquicios de calor y energía, antes de plegarse sobre sí mismas y recogerse hasta el amanecer. Existe un instante en que el firmamento se ha ahogado en las tinieblas y tan sólo quedan unas llamas lejanas que reflejan en las últimas flores despiertas en la pradera. Ese instante, esa magia es casi tan difícil de capturar como la Aurora Boreal. Hoy "La Foto de la semana" os regala Noches de fuego y flores, un instante mágico atrapado para siempre en forma de fotografía. 


Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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