¡Hola!, os presento mi tesoro. A muchos humanos, que viven en una sociedad rodeada de aparatos electrónicos, de alta tecnología, de palabras casi impronunciables como WIFI, GPRS, 4G... Una pelota pinchada les puede parecer una estupidez y sin embargo, es la más preciada de mis pertenencias. Lo que me consuela es que si a un niño de cinco años le permites escoger entre un iPad 2 con 64Gb y 3G y un balón, en la mayoría de casos, no dudará en dar la primera patada al esférico y comenzar a gastar energía corriendo arriba y abajo a toda velocidad, y velocidad es una de las palabras clave de este mundo civilizado en el que viven los humanos. Para mí, termina siendo una paradoja. Fabrican coches cada vez más potentes, que pueden circular a 180 kilómetros a la hora sin ningún tipo de problema, pero luego limitan la circulación en sus autopistas a 120. Tienen mucha prisa para todo, necesitan más velocidad de descarga de datos, ahora piensan en redes de fibra óptica, trenes de alta velocidad, cargadores rápidos... Pero yo, con mi humilde cerebro perruno, me hago una pregunta ¿con tanta celeridad, tienen al menos un minuto al día para disfrutar? ¿son conscientes de que con tantas urgencias, en el fondo también están teniendo prisa porque se les pase la vida?. Nuestro período vital es limitado, el de las personas, algo más largo que el de los canes, pero aún así breve y ellos se empeñan en condensar tanta actividad y extraer el máximo rendimiento de cada uno de los minutos de su existencia, que el día que levanten los ojos de la pantalla del ordenador, los dedos del teclado táctil o las orejas del móvil... serán ancianos enfermos de tecnología a punto de agotar sus baterías. Algunos de ellos, cerrarán los ojos, y expulsarán su último aliento intentando aún, enviar un sms, para que familiares y amigos estén informados con puntualidad de que está muriendo. Otros, descubrirán que han enfilado por la recta final de su existir e intentarán echar la vista atrás y hacer balance de sus biografías. Su decepción será hallar, que hay muy poco que evaluar... ¡Fue todo tan rápido!.
Por eso yo, me dedico a jugar con mi pelota pinchada siempre que puedo, que la climatología me lo permite y si además hay algún pequeño humano cerca con quien compartir carreras, mejor que mejor. Por eso queridos humanos... ¡Disfrutad, que son cuatro días!.
Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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