La Foto del día: 16-07-2011 "Una cuestión de energía"

Edurne Iza, Una cuestión de energía

Siempre había querido asistir al espectáculo de luz y sonido a los pies del Palacio de Montjuic, así que allí estaba yo, frente a tan majestuosa fuente, disfrutando de mi día libre.  Como telón de fondo las luces de emblemáticos edificios de la ciudad iluminaban la oscuridad de la nocheMientras la música sonaba con vertiginosa contundencia  yo no podía evitar percibir obnubilada cada detalle. Un puzzle de colores y columnas de agua, camuflaba la estructura de piedra de la gran fuente. Hacía calor y las partículas de H2O en suspensión, refrescaban mi rostro. Entonces noté unos golpecitos en el hombro derecho, que me hicieron girarme distraída. 
- Disculpe, ¿tiene hora?
- ¿Eh?, ah si... las 23:00
- Gracias
El desconocido, se alejó tan misteriosamente como había llegado. Terminó la exhibición y me disponía a marcharme, cuando al introducir mi mano en el bolsillo del pantalón para coger las llaves del coche, detecté un papel que antes no estaba ahí. Lo desplegué con curiosidad. Me acerqué a una farola y pude distinguir un mapa con varios garabatos, círculos y caminos que desembocaban en un lugar marcado por una X. Pero... ¡si era un diagrama de la plaza donde me encontraba y bajo la cruz, estaba escrita la palabra "tesoro"!. Miré a mi alrededor. Estoy siendo víctima de una broma de cámara indiscreta, pensé y ruborizada, guardé el plano en el bolsillo y me senté en un rincón a esperar. Un buen rato después, tras verificar que nadie me observaba, me decidí a seguir las instrucciones del misterioso papel. No pierdo nada, me convencí a  mí misma. Dos pasos a la derecha, cinco de frente, siete a la izquierda. Era curioso. El plano me dirigía hacia el mismo centro de la fuente, que para entonces ya había cesado de lanzar agua hacia el cielo. Comprobé que no hubiera policía por los alrededores y me introduje en la fuente para conseguir llegar hasta el punto indicado en el mapa. Me encontraba en el mismísimo vértice del surtidor. En el centro del aro de piedra que contenía las cabezas de los chorros. En el punto medio, había una loseta con una argolla de hierro. Era el lugar indicado. Estiré de la anilla y con gran esfuerzo conseguí levantar la piedra. Ante mí se abrió un acceso hacia el subsuelo, con unas escaleras en forma de caracol, que desaparecían en la oscuridad. Tomé el móvil en la mano, para que me sirviera de linterna y me aventuré a descender. Unos minutos más tarde, me encontraba en una sala enorme, decorada con figuras esculpidas en la piedra. Era como si me hubiera trasladado al corazón de un templo azteca. Del fondo, surgió el desconocido que un rato antes me había pedido la hora en la superficie.
- Veo que no has podido resistir la curiosidad. Gracias por venir.
- Yo... De nada, supongo. ¿Quién es usted?
- Bueno, tu osadía merece ser recompensada. Abre este arcón y encontrarás el tesoro.
- Entonces... ¿de verdad existe un tesoro?
- No tiene la forma que esperas. No hay doblones de oro, joyas, ni piedras preciosas. Pero te garantizo que es un tesoro de valor incalculable.
- ¿Y por qué yo?
- He viajado del futuro para salvar a la humanidad y tu me vas a ayudar. Habéis iniciado un camino de destrucción que en pocas décadas convertirá la Tierra en un planeta inhabitable. Sólo el contenido de este cofre, puede salvar el futuro. Y tu eres la persona indicada para afrontar este reto. Pronto lo entenderás.
- ¿Me estás diciendo que has realizado un viaje en el tiempo?, ¿Qué eres una especie de Doc de Regreso al Futuro?, vamos ¿por quién me tomas?. 
Cuando quise darme cuenta había desaparecido. Me quedé allí delante de aquella misteriosa caja. Sin saber si reírme o salir corriendo. Pero la curiosidad fue más fuerte y abrí el arca. En su interior había una carpeta repleta de documentos. Miré con más detenimiento y pasando las hojas con nerviosismo, reconocí algunas de  las  fórmulas que contenía. ¡Era mi investigación! Llevaba años metida en un laboratorio sin saber como seguir. Y ahora tenía en mis manos la solución. Cientos de páginas de gráficos y cálculos matemáticos. Y al final una breve nota que decía, "no pierdas tiempo". Se trataba de un descubrimiento  que permitiría producir cantidades infinitas de energía. Limpia y gratuita. No podía creer lo que estaba viendo. Significaba el fin de la especulación energética. 
Me dirigí al coche con paso ligero mirando hacia atrás. Bajo mi responsabilidad quedaba dar luz a semejante descubrimiento. Sabía que me vería expuesta a una lucha de intereses económicos a nivel mundial. El futuro del ser humano estaba en mis manos.

Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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2 comentarios:

  1. Genial, esta historia es muy buena, espero Onintza que haya una segunda parte... me has dejado colgado y quiero mas mas mas... cuanto mas dentro de la historia estaba va y se acaba, jo que fastidio... lo dicho corazón eres genial contando historias... no entiendo como las hilvanas tan bien y como consigues que se quede uno pegao al monitor leyéndolas pero lo cierto es que me gustan cada vez mas, y eso que no las he leído todas o sea que si me pongo tengo entretenimiento para rato... sigue así campeona y tu Edurne no pienses que me he olvidado de ti... esa foto es una belleza gracias por compartirla, besos a las dos.

    Rafa (Nexus Seis)

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  2. Nexus, si sigues así pronto te habrás merecido la medalla al fan número uno. Gracias por estar ahí siempre, on record!

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