Asistimos casi sin darnos cuenta, al final de una larga serie de generaciones dedicadas a la artesanía. De manos diestras y esforzadas que golpe a golpe, puntada a puntada, han contribuido durante siglos a la evolución de nuestra especie. Las nuevas tecnologías y la introducción de las máquinas en nuestra cotidianeidad, hasta límites que a menudo ni somos capaces de cuantificar, están acabando con centenares de profesiones que han acompañado al ser humano, como parte indispensable de su rutina diaria. Hoy, no concebimos en nuestro entorno a un carbonero, un herrero, arriero o mecanógrafo. Son sólo algunos ejemplos de oficios desaparecidos no hace tantos años y que ya suenan a libro de historia. Los zapateros artesanos, pueden en nuestros días, contarse con los dedos. No obstante, los períodos de crisis económica ayudan en ocasiones, a prolongar tímidamente la actividad de estos profesionales, ya que ante las apreturas de fin de mes, se incrementa el número de personas dispuestas a remendar y reparar su viejo par de zapatos, antes de gastar en unos nuevos.
La Foto del día de hoy, va dedicada a todos aquellos artesanos que se defienden con sus manos de las nuevas tecnologías y a aquellos que han podido y sabido adaptar sus ancestrales profesiones a los tiempos modernos. La imagen de este auténtico maestro de manos curtidas en la sacrificada tarea, concedió a Edurne Iza, un primer premio de fotografía hace algunos años. ¡Qué la disfrutéis!
Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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Hola chicas, yo ya he llevado unos cuantos pares al zapatero de mi calle, hombre encantador que siempre cumple muy profesionalmente con su trabajo.
ResponderEliminarPor todos aquellos que aún subsisten, deberíamos dar gracias por no llevarnos de cráneo a este mundo consumista...(y eso que me encanta estrenar, a quien no???)
Por supuesto Vicky! a quién no nos gusta estrenar? está claro que hasta cierto punto, es una evolución propia de nuestros tiempos. Pero al menos que no pasen sin pena ni gloria ¿verdad?
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