La Foto de la semana 22-02-2015: "Si pudiera ver..."

A veces pienso que la vida es una infinita consecución de incógnitas. De preguntas abiertas cuyas respuestas tardan en llegar tanto tiempo como los acontecimientos en desarrollarse. Nos vemos obligados cada día a tomar decisiones. Unas trascendentales y otras por completo banales. Pero siempre con una visibilidad limitada. Es como si se nos permitiera ver el futuro a través de una puerta semi entornada. Podemos ver pequeños retazos de mañana, pinceladas de eventos que con la información de que disponemos en la actualidad imaginamos o suponemos que van a acontecer. Sin embargo, cuando pretendemos acercarnos a esa realidad virtual que sólo existe en nuestro cerebro, debemos decidir y avanzar en nuestras vidas con información limitada. A menudo deseamos conocer la respuesta adecuada a nuestras incógnitas vitales. Si pudiera ver el mañana... Pero no. Si pudiera ver el mañana, mi existencia no tendría sentido, porque la aventura de vivir es una fotografía en blanco y negro que cobra color a cada paso que damos, es un libro sin palabras en el que vamos escribiendo día a día. Así que cierra los ojos y atrévete a vivir.



Fotografía: Edurne Iza (Datos de disparo: f/2.0 ; 1/125 ; 400 ISO)
Texto: Onintza Otamendi Iza

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La Foto de la semana 15-02-2015: "El barquero"

Pilotaba su barca taxi desde hacía más de veinte años. Transportaba personas de un lado al otro de la bahía. Muchos eran turistas, otros, empleados o amas de casa que necesitaban acceder al otro lado del puerto para fines de lo más variopintos. Tomás estaba acostumbrado a las estereotipadas caras de estudiantes, oficinistas, bancarios, corredores de seguros, turistas... Lo que nunca hubiera imaginado era que en aquella mañana lluviosa de finales de Diciembre uno de sus pasajeros era un asesino. En realidad en aquel trayecto de apenas tres minutos de duración, en la barca estaban solos Tomás y aquel hombre sin escrúpulos que repasaba mentalmente todos los detalles para ejecutar a su víctima y desaparecer como de costumbre mimetizado con la rutina de las gentes corrientes. Tomás se despistó por un segundo de la conducción al ver un gran barco de cruceros abandonando el puerto en la lejanía, cuando volvió a fijar sus ojos en la proa del barco, tuvo que realizar una brusca maniobra de giro para evitar arrollar a un piragüista. El golpe de timón generó un extraño efecto en la embarcación que elevó la proa para caer de forma brusca nuevamente sobre la superficie marina. El pantocazo tomó por sorpresa al siniestro pasajero cuya bolsa de mano, donde transportaba el arma semiautomática con la que perpetraría su gélido crimen, salió despedida por la borda. 

Al reparar en el incidente Tomás se deshizo en disculpas y perdones, ante lo que el hombre reaccionó de manera violenta y maleducada insultando a Tomás que para ese momento ya había atracado en el muelle de llegada. El barquero angustiado no podía más que repetir si había algo que en su mano estuviera para reparar el daño y las molestias causadas. De pie en el embarcadero de madera, ante la atónita mirada de los siguientes pasajeros que aguardaban ansiosos su turno de acceso a la embarcación, Tomás vio como el hombre se alejaba sin mediar más palabra y desaparecía entre los viandantes atropellados con sus estresantes rutinas.

¿Qué podía hacer yo? ¿Pasar por encima del pobre piragüista?, mascullaba el viejo mientras intentaba retomar la compostura antes de recibir a sus nuevos huéspedes por los siguientes tres minutos. Tomás nunca supo que aquella mañana lluviosa de finales de Diciembre... Había salvado una vida.




Fotografía: Edurne Iza (Datos de disparo: f/4.0 ; 1/400 ; 200 ISO)
Texto: Onintza Otamendi Iza

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La Foto de la semana 08-02-2015: "Por una vida mejor"

El mismo recorrido cada mañana, día tras día, durante más de veinte años. El mismo empedrado, la misma visión en el horizonte. A veces con lluvia, otras con sol. Amaneceres helados, atardeceres rasos. Diez horas de trabajo alienante en una fábrica, o en una oficina o quizá al aire libre recogiendo papeles del suelo o podando los árboles de un parque. Pequeñas gotas de agua en el torrente imparable de la vida. Microscópicos corpúsculos en el universo de lo aceptable, de lo establecido, de lo orquestado por quienes con piadoso egoísmo nos dictan lo que es correcto. Lo que debemos hacer... Por una vida mejor.
Fotografía: Edurne Iza (Datos de disparo: f/11.0 ; 1/500 ; 200 ISO)
Texto: Onintza Otamendi Iza

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La Foto de la Semana 01-02-2015: "Gandalf"


Gandalf es un personaje ficticio perteneciente al legendarium del escritor británico J. R. R. Tolkien. Es uno de los principales personajes de las novelas El hobbit y El Señor de los Anillos, aunque también aparece en El Silmarillion, donde se narran sus orígenes. Es conocido por muchos nombres en la Tierra Media; según sus propias palabras: «Mithrandir entre los elfos, Tharkún para los enanos; Olórin era en mi juventud en el Oeste que nadie recuerda, Incánus en el Sur, Gandalf en el Norte; al Este nunca voy».
Es un istar (‘mago’), uno de los espíritus maia enviados a la Tierra Media durante la Tercera Edad del Sol para ayudar a sus habitantes en la lucha contra el «señor oscuro» Sauron. Allí adoptó el aspecto de un anciano de barba luenga y de color blanca grisácea, vestido con una gran capa gris, un sombrero puntiagudo de color azul y un gran cayado.
Gandalf es considerado junto a Merlín como el estereotipo del mago de la cultura occidental
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 En la mitología nórdica, Gandalf es un Dvergr (enano), que aparece en el poema Völuspá de la Edda poética.1 El nombre deriva de las palabras en nórdico antiguo gandr (vara) y álfr (elfo), es decir, un espíritu protector que esgrime una vara, tal vez una varita mágica. Cf. lat. "gandus", esp. "gandul".
En sus obras ficticias, J. R. R. Tolkien nombró a su mago Gandalf por el Dvergr.



Fotografía: Edurne Iza. Puerto de Amsterdam  (Datos de disparo: f/8.0 ; 1/250 ; 200 ISO)

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Gandalf
             http://es.wikipedia.org/wiki/Gandalf_%28mitolog%C3%ADa%29
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