Llevamos muchos meses, soportando dolorosas noticias acerca de la creciente cifra de parados, cierre de empresas y medidas de ajuste. Pese a los mensajes de tranquilidad que emiten políticos y banqueros, la realidad de la calle es bien diferente. Pesimismo, desorientación y miedo son sólo algunos de los sentimientos que se perciben en barrios obreros plagados de gente sin empleo y polígonos industriales desiertos.
El pasado día trece de abril despertamos con angustiosas novedades sobre la subida de la prima de riesgo, por encima de los cuatrocientos veinte puntos básicos. Todo ello en medio de salvajes recortes en sanidad, educación o investigación y desarrollo. Sin embargo, los presupuestos en defensa lejos de mantener la política reductora de los últimos años, van a ser equiparados, en gasto medio por soldado, a los de Alemania o Reino Unido. Resulta cuando menos curioso, que nuestros niños no tengan plazas en guarderías públicas y los progenitores se vean obligados a pagar centros privados para los más pequeños, con el consiguiente perjuicio para padres y madres, que no encuentran, en muchos casos, más remedio que relegar su faceta profesional para quedarse en casa cuidando de la familia; que nuestros investigadores afirmen que con las nuevas medidas se volverá a niveles de I+D de hace siete años; suban las tasas universitarias; se introduzca el copago sanitario; se abarate el despido; suba la luz y el transporte público; el salario de un trabajador medio, no alcance para llegar a fin de mes cubriendo las necesidades básicas... Pero el gasto medio por soldado, se coloque al nivel de Alemania o Reino Unido.
Ante esta dramática situación, el Presidente del gobierno, el pasado martes día diez de Abril, optó por escapar atravesando a hurtadillas el garaje del hemiciclo, para evitar la lista de preguntas de los periodistas, alarmados por la espectacular subida de la prima de riesgo y el desplome de la bolsa. Al mismo tiempo, el Jefe de Estado, Don Juan Carlos de Borbón, planeaba su viaje a Bostwana para cazar elefantes. Contó con los servicios de Jeff Rann, que posee una empresa, Rann Safaris, dedicada a la organización de semejantes eventos y cuya página Web, que publicaba fotografías del monarca junto a los animales abatidos, ha desaparecido misteriosamente de la red http://www.rannsafaris.com/. Demasiado tarde, vídeos e imágenes ya habían inundado Internet. Hoy en día, gracias a la red, la censura, resulta bastante complicada.
Paradójicamente, en el día del ochenta y un aniversario de la segunda República, llegó a nuestras pantallas y diarios, la última hora sobre la operación del Rey, tras haberse roto la cadera en Bostwana mientras cazaba elefantes. Habiendo pasado menos de una semana desde que su nieto Froilán de trece años se disparara en un pie utilizando una escopeta prohibida para menores de catorce. Cincuenta y seis años y unos días después, de que Don Juan Carlos, siendo aún un niño, disparara por accidente a su hermano Alfonso (29-03-1956) causándole la muerte. En pleno revuelo por el escándalo Urdangarín...
Casualidad, decadencia, justicia divina... la polémica está servida pero en lo que es fácil coincidir es en que el magnífico palacio de la Zarzuela se ha convertido en un cementerio de osos y elefantes.
Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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Brutal no?
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