Solemos definir, nivel del mar, como aquella referencia que nos ayuda a calcular la altura de una población o un accidente geográfico. Si nos colocamos justo en la superficie, flotando en el agua, podemos estimar la elevación de, por ejemplo, esta montaña rocosa y dorada por los reflejos del sol. Se yergue sólida ante nosotros y nuestra terrícola cotidianeidad, haciendo que ni siquiera nos planteemos, analizar la riqueza natural que albergan los doscientos primeros metros, bajo ese punto cero al que denominamos nivel del mar, la plataforma continental. Si pudiéramos tomar un ascensor y comenzar a bajar, disfrutaríamos, en primer lugar, de la belleza de los reflejos de la superficie acompañada del sordo silencio del océano. Las primeras rocas sumergidas se dibujan bajo nosotros, y el ojo inexperto del visitante, no es capaz de percibir aún, la gran cantidad de vida que nos rodea. Fijándonos un poco mejor, ya comenzamos a distinguir las primeras colonias de algas. El ser humano, ha dado desde la antigüedad, muy diversos usos a estas plantas marinas. Desde el abono de tierras de cultivo, hasta la elaboración de fertilizantes para incrementar la resistencia de los plantíos a heladas o plagas y estimular su crecimiento. Pasando por el uso alimentario, más popular en países asiáticos como Japón, Corea o China, e incluso, el aprovechamiento de sus propiedades nutritivas y antioxidantes, en la lucha contra determinados tipos de cáncer. No obstante la función de las algas no acaba ni mucho menos aquí, ya que a pesar de que contienen substancias repelentes, sirven de alimento a erizos, liebres de mar, salpas, morrudas e infinidad de diminutos gusanos, caracolillos y crustáceos que ejercen, a su vez, de reclamo para atraer a pequeños peces como babosas, gobios, serranos, doncellas... Así que si estábamos convencidos, de llevar una vida agitada en la superficie, sólo tenemos que descender unos metros y comprobar el ritmo vital de nuestros vecinos, un par de pisos más abajo.
Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
Puedes descargarte esta foto libremente. La única restricción es su venta y/o el uso lucrativo de la misma. No olvides que toda obra pertenece a su autor, haz un buen uso de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario