Según Wikipedia, marea es el cambio periódico del nivel del mar, producido principalmente por las fuerzas gravitacionales que ejercen la Luna y el Sol. Sabemos, que las mareas, no se dejan sentir de igual modo en todos los mares. Por ejemplo, en el Mediterráneo son muy poco visibles, debido a que es un mar relativamente pequeño, y es necesaria una inmensa cantidad de agua, para que sean perceptibles de manera notoria. También el relieve de la costa es un factor fundamental, viéndose favorecido el efecto de las mareas en los fondos más planos, y menos, en los escarpados. Este es uno de los motivos, por los que Julio César, quedó atrapado en la desembocadura del Támesis, al verse sorprendido por una bajamar, a la que su Mediterráneo de origen, no le tenía acostumbrado.
Asociamos las mareas, a regalos procedentes del mar. A veces nos dejan preciosas caracolas, que recogemos para adornar nuestras casas. A veces, botellas procedentes de lejanas tierras con mensajes inesperados. Otras, algas y flora marina, peces, microscópico plancton... Sin embargo, el brutal deterioro de nuestras costas, hace que cada vez estén más cerca, imágenes como la que os ofrecemos hoy. Habremos cambiado vida, por destrucción y resíduos. Lamentablemente, estas conchas del siglo XXI, son parte del oscuro legado que dejaremos a nuestros hijos.
Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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