Cuando un rayo de luz, en su recorrido, topa con un objeto u otro medio se produce un fenómeno denominado reflexión, por el que ese rayo de luz, al chocar con otro medio, se desvía de su recorrido inicial y vuelve al medio original devolviéndonos, como en el caso de los espejos, la imagen reflejada. Para que esto se produzca, la superficie contra la que rebota el haz de luz debe ser lisa, dura y pulida porque de ese modo los rayos reflejados regresarán en la misma dirección pero sentido contrario al que fueron emitidos generando el reflejo. A este tipo de reflexión se le denomina especular.
Existen además la reflexión difusa, extendida, mixta y esparcida. En todas ellas los rayos reflejados no regresan sobre la misma dirección que los emitidos si no que combinan varias direcciones en su retorno, debido a la rugosidad e irregularidad de los materiales contra los que chocan. Es por ello que no podemos vernos reflejados, por ejemplo, en una hoja de papel o en una olla llena de arroz hervido.
Conocida como la Ley de Beer-Lambert, existe todo un desarrollo científico que explica el comportamiento de la luz al atravesar diferentes superficies. Ambos científicos, uno de origen francés y el otro alemán, estudiaron a finales del siglo XVIII el comportamiento de la luz, concluyendo en la teoría que hoy lleva su nombre y que sin saberlo explica muchos de los gestos diarios que realizamos en nuestras casas, como mirarnos al pasar por delante de un espejo o una ventana, buscar nuestra imagen en el fondo de una cacerola con agua o incluso en la concavidad de una cuchara de acero inoxidable.
Páginas de interés: http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Beer-Lambert
Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
Puedes descargarte esta foto libremente. La única restricción es su venta y/o el uso lucrativo de la misma. No olvides que toda obra pertenece a su autor, haz un buen uso de ella.
Existen además la reflexión difusa, extendida, mixta y esparcida. En todas ellas los rayos reflejados no regresan sobre la misma dirección que los emitidos si no que combinan varias direcciones en su retorno, debido a la rugosidad e irregularidad de los materiales contra los que chocan. Es por ello que no podemos vernos reflejados, por ejemplo, en una hoja de papel o en una olla llena de arroz hervido.
Conocida como la Ley de Beer-Lambert, existe todo un desarrollo científico que explica el comportamiento de la luz al atravesar diferentes superficies. Ambos científicos, uno de origen francés y el otro alemán, estudiaron a finales del siglo XVIII el comportamiento de la luz, concluyendo en la teoría que hoy lleva su nombre y que sin saberlo explica muchos de los gestos diarios que realizamos en nuestras casas, como mirarnos al pasar por delante de un espejo o una ventana, buscar nuestra imagen en el fondo de una cacerola con agua o incluso en la concavidad de una cuchara de acero inoxidable.
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Foto: Edurne Iza
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