La Foto de la semana: 11-03-2012 "Photographer"

Edurne Iza, Photographer
Entre sus colegas de profesión era conocido como Photographer. Como si eso le hiciera diferente a los demás. Como si ellos no fueran también periodistas y fotógrafos. Ya nadie recordaba que su madre, Marie, al nacer lo había bautizado con el nombre de Pierre. Tampoco podían precisar desde cuando vagaba por los campos de batalla captando con su cámara desolación y muerte. Desde siempre, contestaban, como si formara parte del inventario de la tragedia. Comenzó cubriendo el conflicto bélico de Angola, después llegaron Bosnia, Ruanda, Afganistán e Irak. Sus colegas cuentan, que siendo aún un joven novato y casi desconocido en la profesión, una granada de mano le alcanzó en una revuelta en algún lugar de África. Pasó meses desaparecido, todos le daban por muerto, incluso su anciana madre. Una mañana lluviosa hizo sonar el timbre de la casa de Marie. Ella abrió con curiosidad, no esperaba visita. Ante sus ojos, su pequeño al que había dado por muerto. Delgado y demacrado pero vivo. Una ancha y profunda cicatriz le cruzaba el cuello. Lo tomó entre sus brazos como cuando era niño. Intentando protegerlo de cualquier peligro. Pero ya era tarde, pues pronto comprendió que su querido Pierre no volvería a hablar. La granada que no pudo arrancarle la vida, dañó de forma irreversible las cuerdas vocales. Sin embargo Photographer, como firmaría todos y cada uno de sus reportajes a partir de entonces, no contempló, ni por un instante, la opción de permanecer callado. La cámara sería su voz y donde las luces y las sombras no fueran suficientes, las palabras que manaban del teclado de su portátil, pondrían los matices para no dejar a nadie indiferente. Para remover las conciencias de quienes sentados en la paz de nuestros hogares asistimos impotentes al genocidio de millones de seres humanos.
Photographer, con sus manos delicadas y su cámara en ristre, captó el horror, la sangre, el miedo y la injusticia. Vivió rodeado de muerte y murió mientras realizaba una crónica sobre las escuelas improvisadas en un campo de refugiados africano. Rodeado de niños ávidos de aprender a leer y a escribir. Soñando con ser maestros y médicos. Con tener hijos que conozcan un mundo mejor. Que vivan donde ser mujer no signifique no tener oportunidades. Photographer murió rodeado de la esperanza que crecía en el corazón de esos pequeños.
Este es un homenaje a los reporteros y reporteras que ponen sus vidas en peligro para dar a conocer la realidad de los conflictos bélicos, de las crisis internacionales, las grandes hambrunas, las guerras tribales. Este es un tributo a todos los Photographer que evitan que la tragedia pase desapercibida.



Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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