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La Foto de la semana 12-05-2013: "Neptuno Aguado"

Edurne Iza, Neptuno Aguado
 
Dicen que pescar relaja. Observar la caña a la espera de que algún desdichado pique el anzuelo. Mirar al horizonte. El vaivén de las olas. El ruido del mar...
Aquella mañana necesitaba relajarme. Era un domingo del mes de Mayo, nublado y templado. Un día corriente de no ser porque se aproximaba otro fin de mes sin dinero para pagar las facturas. Pronto los acreedores no se conformarían con enviarme cartas amenazadoras y llamar insistentemente por teléfono. En pocos días me cortarían la luz, el agua... Así que decidí coger la gloriosa caña de pescar que mi padre me había dejado en herencia y acercarme a la playa porque como os he comentado, necesitaba relajarme... Y para ser sincero... Algo de comida también. Así que cuando picó el primero lo lancé al cesto de mimbre que tenía preparado para mis capturas y mientras se retorcía agonizante lo miré con lástima y le dije -lo siento amigo, pero llevo tres días sin probar bocado-.
Animado, decidí probar suerte una segunda vez, prometiéndome a mí mismo que si un segundo picaba me iría a casa a prepar una comilona como hacía semanas mi paladar no había probado.
Pasó un buen rato hasta que noté que el sedal se tensaba. Algo grande parecía haber picado esta vez. Emocionado comencé a recoger el hilo y pronto me vi a mi mismo volcando medio cuerpo sobre la caña para acercar hacia mí lo que parecía una gran captura. Por un momento pensé que iba a arrastrarme mar adentro así que hice un último esfuerzo y vi salir de ente las aguas el cuerpo de una mujer. Sobrevoló mi cabeza y cayó en la arena justo a mi lado. Atónito la observé con curiosidad al comprobar que de la cintura para abajo tenía cuerpo de pez y sólo de la mitad hacia arriba era una mujer.
 
-¡Una sirena! exclamé
 
Tan sólo recibí un gemido como respuesta. Entonces comencé a comportarme como cuando los extranjeros me preguntaban algo en medio de la calle y pensaba que por gritar y hablar despacio terminarían comprendiendo mi idioma.
 
-¡Ho-la! ¿En-ti-en-des lo que te di-go?
-Por supuesto que te entiendo. Que viva en el mar no me convierte en una criatura estúpida. Y para tu información me duele mucho. -Dijo señalando una herida enorme que atravesaba su brazo de lado a lado y en la que yo, con la emoción del momento, ni siquiera había reparado-. ¡Aun llevo el anzuelo clavado¡ -protestó-.
-¡Dios mío! ¡Lo lamento muchísimo! Deja que te ayude. ¡Caramba hoy parece ser mi día de suerte! ¡He "pescado" una sirena!
-Pues como ves no es mi día de suerte. He sido atrapada por un imbécil que me ha destrozado el brazo. 
 
Enmudecí avergonzado y al acercarme comprendí que el anzuelo había desgarrado buena parte de su brazo  izquierdo y había quedado enganchado entre la carne. Con toda la delicadeza que pude, liberé a la pobre sirena que emitía unos alaridos que me partían al alma. Cuando se hubo calmado un poco, intenté rebajar la tensión presentándome.
 
-Bueno, parece que esto ya está. Me llamo Tuno, encantado de conocerte, dije estirando mi mano en señal de saludo.
-¿Tuno? ¿Qué clase de nombre es ese? Permite que no esté encantada de conocerte, dadas las circunstancias. Dijo ella con desdén, dejando mi mano colgada en el aire.
-Bueno, Tuno es el diminutivo de Neptuno. Mi nombre es Neptuno Aguado y mi padre adoraba el mar. De hecho esta caña con la que te he... bueno,  digamos recogido, fue la herencia que me dejó al morir.
-Estupendo, Neptuno, Dios del mar, captura a una sirena -gimoteó la joven-
-Deja que te cure ese brazo, estás sangrando mucho.
 
Lavé la herida lo mejor que pude y utilicé una camiseta blanca que había colocado en la mochila, para improvisar un vendaje. La sirena me dejó hacer y me observaba con curiosidad. Cuando terminé me dio las gracias con media sonrisa de derrota y furia en sus ojos. Las aguas que barrían la orilla mojaban su cola mientras ella la balanceaba lentamente en un gesto semi automático, pero no tenían la suficiente fuerza para arrastrarla hacia dentro. Me senté a su lado y sin saber por qué comencé a contarle lo penoso de mi situación. Cómo había perdido mi trabajo unos meses atrás. Mi periplo infructuoso en busca de un nuevo empleo. Lo rápido que el dinero había desaparecido de mi cuenta, que llevaba varios días casi sin comer... Al acabar mi historia, la ira había abandonado su mirada y noté unos dedos frágiles y delicados recogiendo una de las lágrimas revoltosas que había decidido deslizarse por mi mejilla.
 
Entonces, me tomó el rostro entre las manos, posó sus labios sobre los míos y cuando terminó de regalarme el beso más dulce que jamás había recibido me susurró al oído "Neptuno, tienes la solución ante tus ojos. Tu nuevo hogar te está esperando". Sin saber cómo vi como mi cuerpo se transformaba y acompañaba a la sirena nadando y respirando con normalidad bajo las aguas de aquella playa que me había visto  crecer.
 
Dos días después, acariciado por el confort de mi nueva vida, contemplé como en la superficie, unas barcas de salvamento recogían el cuerpo ahogado de un joven e imprudente pescador arrastrado por una ola mientras esperaba que algún despistado pececillo picara el anzuelo. Me acerqué atraído por una curiosidad morbosa y atiné a escuchar como uno de los buzos había sacado un papel del bolsillo de la víctima y decía en voz alta
 
-Neptuno Aguado... Si no fuera porque el infeliz ha muerto ahogado, diría que tiene gracia.
 
Me sumergí en las profundidades, hacia mi nuevo hogar confundido pero disfrutando de una sensación de libertad como nunca antes había sentido. Neptuno Aguado era feliz.
 
 
 
Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 07-04-2013: "Plaga de medusas"

Edurne Iza, Plaga de medusas
En los últimos años hemos observado atónitos verano tras verano como nuestras costas se llenan de estos viscosos  animales cuya proximidad nos aterra con la misma intensidad que nos llena de curiosidad. Varios son los motivos que provocan este aumento estacional de medusas. En primer lugar la contaminación de las aguas marinas, acrecentada en las zonas costeras por la mezcla de corrientes de las desembocaduras de ríos. Éstos van cargados de nitratos y fosfatos procedentes de abonos y fertilizantes para la agricultura y residuos urbanos y de fábricas, provocando un incremento de la población de fitoplancton que en combinación con la subida estacional de las temperaturas del agua ofrecen un entorno ideal para la proliferación de diversas especies de zooplancton, alimento fundamental de las medusas, de modo que  proliferan de forma masiva en las épocas cálidas.
Al mismo tiempo en las últimas décadas, los principales depredadores de la medusa, la tortuga marina o el atún rojo, han visto disminuida su población por la contaminación de las aguas si hablamos de las tortugas o la pesca indiscriminada en el caso del atún. Esta pesca incontrolada ha disminuido en general la población de todo tipo de especies marinas, lo que a su vez contribuye a que nuestros mares contengan elevados niveles de zooplancton que dejan de ser ingeridos y sirven de caldo de cultivo a nuestras protagonistas de hoy. De igual modo el cambio climático, el calentamiento global y la construcción de espigones, muelles y zonas ganadas al mar, sirve de asentamiento para los pólipos facilitando de igual manera la proliferación de esta especie. 

Este verano cuando estéis paseando por la playa y diviseis las masas viscosas flotando en la orilla, veréis algo más que una simple medusa. Tendréis ante vuestros ojos un flash forward de la destrucción de nuestro planeta. 




Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 31-03-2013: "Venganza"

Edurne Iza, Venganza
Aquella mañana del último día de Marzo en que los relojes habían cambiado de hora debían encontrarse en el puerto. Subir a aquel barco que les llevaría lejos de todo y de todos. Comenzarían una nueva vida juntos. En la otra orilla del mar, donde los viejos rencores de una pelea familiar que había sucedido hacía varias generaciones, no podrían alcanzarles. Donde eran dos jóvenes más. Enamorados y libres para disfrutar de sus vidas sin tener que honrar un apellido, una memoria que sólo les había traído tristeza y desgracia. 
Hacía más de doscientos años sus tatara-tatarabuelos se habían batido en duelo por un asunto de tierras. Era una historia oscura y siniestra cuyos motivos y circunstancias desequilibraban a un lado o al otro la balanza, dependiendo de cual de las dos familias la contara. Sin embargo, en ambas versiones coincidían dinero, poder, orgullo, alcohol, amor no correspondido y... armas. Una combinación que no importa la época, el lugar o el narrador, siempre tiene un desenlace dramático. Y tan dramático fue, que en pleno siglo XXI aún sus descendientes pagaban el precio de la histórica pelea. Los jóvenes, cansados de sentirse los protagonistas de un Romeo y Julieta con WhatsUp y iPad, decidieron poner distancia y comenzar de cero sin la herencia de rencor y venganza con la que sus familias respectivas les habían obsequiado.
"Mañana a las 16:00 en el Moll de Ponent. Te amo." Rezaba el mensaje que Daniela leía una y otra vez mientras observaba la placa de piedra que indicaba claramente "Moll de Ponent" y revisaba con nerviosismo la hora del reloj cuyo minutero avanzaba implacable y de uno en uno había pasado por todos los minutos hasta llegar hasta el 58. 16:59.... 17:00. Daniela envió docenas de mensajes, y llamó varias veces al número de su amado, pero el teléfono estaba apagado o fuera de cobertura. ¡Cómo odiaba aquella frase!. Los minutos siguieron avanzando y las agujas marcaron las 18:00. Decidió acercarse a su casa. Quizá pudiera averiguar qué había sucedido. Estaba segura de que él no le habría abandonado así como así, por lo que algo realmente grave debía haber pasado. Recorrió media ciudad, tomó el funicular, para subir a la parte más alta. Todo un barrio construido en la ladera de la montaña. Llegó a la puerta de su casa y vio un grupo de gente arremolinada alrededor de una ambulancia. Su corazón se agitó y latía con tanta fuerza que pensaba que saldría por su boca. Vió a la madre siendo atendida por los servicios de emergencia. Al padre, detenido por la policía local y a la hermana llorando con desesperación y siendo consolada  por una vecina. Luego reparó en una camilla, que transportaba un cuerpo. Justo antes de que lo introdujeran en la ambulancia, logró acercarse a empujones y retirar la sábana que cubría el cadáver. Sus ojos de aquel verde imposible que tan dulcemente le miraran, estaban abiertos. Perdidos para siempre en el infinito. Sin expresión. 
Daniela comprendió en ese instante que de algún modo, el padre había descubierto sus planes de huida y antes que permitir a su hijo escapar con la heredera de su archienemigo, en un instante de locura, había matado a su propio hijo. Cuando el filicida estaba siendo introducido en el furgón policial sus miradas se encontraron. La del hombre destilaba locura, la de Daniela por primera vez odio. 
Por más que intentaron sustituir el odio por amor... Daniela ya sólo viviría para fraguar su venganza. El mal había vencido.



Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 24-03-2013: "Gacelas... Somos todos"


Edurne Iza, Gacelas... Somos todosLas gacelas son herbívoros ágiles y delicados, viven normalmente en la sabana y son capaces de alcanzar velocidades de más de 90 Km/h y de mantenerse entorno a los 60Km/h durante prolongados espacios de tiempo. Aunque solemos asociar estos gráciles animales al continente africano... Estamos rodeados de gacelas. No nos engañemos. Miguelito el pequeñuelo del quinto, corre como una de ellas cuando después de descubrir su enésima travesura, su madre lo persigue endemoniada con la zapatilla en la mano. Cuando el primer día de rebajas los grandes almacenes abren sus puertas, qué son si no gacelas todos los que se pelean por llevarse a casa el mejor chollo... Bueno, quizá en este caso, las gacelas sean las pobres dependientas asediadas por los cientos de leones hambrientos de ganga. Qué me decís de las carreras de los niños cuando suena el timbre que anuncia el final del día escolar. Por no hablar de un pasillo del metro en hora punta... En realidad, ahí podríamos encontrar a más de un felino, rumiante e incluso ave carroñera... Pero eso ya lo dejamos para otro capítulo de National Geographic.
Hasta yo, aunque me avergüence reconocerlo, me convertí en gacela la noche en que de improviso aquel compañero de trabajo tímido y callado se me declaró tartamudeando tras una cena de empresa, ante lo cual no pude por menos que apresurarme a aclararle lo mucho que me alegraba que fuese mi AMIGO.
Pues sí amigos lectores, no hace falta engancharse a un reportaje de la 2. Con darnos un paseo por nuestra rutina diaria descubriremos que... Gacelas somos todos.


Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 17-03-2013: "Reflejos"

Cuando un rayo de luz, en su recorrido, topa con un objeto u otro medio se produce un fenómeno denominado reflexión, por el que ese rayo de luz, al chocar con otro medio, se desvía de su recorrido inicial y vuelve al medio original devolviéndonos, como en el caso de los espejos, la imagen reflejada. Para que esto se produzca, la superficie contra la que rebota el haz de luz debe ser lisa, dura y pulida porque de ese modo los rayos reflejados regresarán en la misma dirección pero sentido contrario al que fueron emitidos generando el reflejo. A este tipo de reflexión se le denomina especular.
Existen además la reflexión difusa, extendida, mixta y esparcida. En todas ellas los rayos reflejados no regresan sobre la misma dirección que los emitidos si no que combinan varias direcciones en su retorno, debido a la rugosidad e irregularidad de los materiales contra los que chocan. Es por ello que no podemos vernos reflejados, por ejemplo, en una hoja de papel o en una olla llena de arroz hervido.
Conocida como la Ley de Beer-Lambert, existe todo un desarrollo científico que explica el comportamiento de la luz al atravesar diferentes superficies. Ambos científicos, uno de origen francés y el otro alemán, estudiaron a finales del siglo XVIII el comportamiento de la luz, concluyendo en la teoría que hoy lleva su nombre y que sin saberlo explica muchos de los gestos diarios que realizamos en nuestras casas, como mirarnos al pasar por delante de un espejo o una ventana, buscar nuestra imagen en el fondo de una cacerola con agua o incluso en la concavidad de una cuchara de acero inoxidable.


Páginas de interés: http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Beer-Lambert


Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 03-03-2013: "Mar de espuma"

¿Nunca os habéis preguntado por qué se forma esa deliciosa espuma blanca cuando el agua de mar choca contra las rocas o la orilla de la playa?. Según Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Espuma), se forma como consecuencia de la aglomeración de burbujas que persiste durante un corto tiempo en la superficie del mar, agitada por causas mecánicas. La formación de la espuma marina se facilita por varios factores químicos o físicos: una diferencia muy grande entre el aire y el agua, la alcalinidad del agua, el contenido de ésta en encoloides disueltos etc. Sin embargo existen lugares de nuestro planeta donde como consecuencia de la coincidencia de una serie de fenómenos, podemos asistir al maravilloso espectáculo de ver el mar literalmente convertido en espuma. Esto sucede en Australia cada tres a cinco años, donde debido a una combinación de vientos extremadamente fuertes y lluvias torrenciales se produce una agitación de la materia orgánica que contiene el océano provocando que los amantes del agua y los deportes acuáticos puedan experimentar la increíble sensación de nadar, surfear o simplemente flotar en espuma. A pesar de la extraña sensación visual que produce, los expertos aseguran que esta espuma no es en absoluto nociva para la salud.



Algo similar sucedió en la localidad escocesa de Footdee, donde los ciudadanos y sus mascotas, tuvieron la oportunidad de disfrutar de este curioso capricho natural.



Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 24-02-2013: "Justicia"


Arrastraba mi maleta por la calle. Las últimas luces del día iluminaban el cielo tiñéndolo de un  azul intenso y profundo. Los arcos de la estación de autobuses resplandecían, blancos. A mis ojos se aparecían como las mismísimas puertas del paraíso. Después de tanto sufrimiento y penalidades para mí era la oportunidad de volver a empezar. Desde cero. Una nueva vida. Nadie encontraría jamás las huellas de mi pasado.  Las aguas bravas rompiendo contra los acantilados de piedra, arrastrarían los restos de aquel cuerpo donde nadie jamás pudiera encontrarlo. La voracidad de los peces y otros animales marinos, harían el resto. Nunca había pensado que sería capaz de matar a nadie y sin embargo no tenía remordimientos. Sólo una palabra retumbaba en mi mente... Justicia. En realidad no lo había planeado. Sencillamente sucedió. La semana anterior había acudido a una reunión a su flamante despacho de la sucursal bancaria. La única solución, me dijo, es que embarguemos su vivienda. Si hubiera cumplido usted con los plazos de la hipoteca no nos veríamos obligados a tomar esta dolorosa decisión.
Dolorosa?, sonaba extraño, viniendo de aquel tipo desalmado y sin escrúpulos... Dolorosa. Por eso, viéndome sola, desvalida, sin trabajo, sin el techo que me había dado cobijo desde hacía mas de veinte años, no me lo pensé dos veces cuando aquella mañana fría del mes de Enero, el azar que es sin duda caprichoso, me había hecho cruzarme con él en aquel acantilado solitario. Más de cien kilómetros al norte de mi ciudad de residencia. Nada podía relacionarme con ese lugar. Sólo había decidido pasear cerca del mar para intentar aclarar mis ideas. Tomé el primer autobús y me bajé en aquel pequeño pueblo de costa al que nada me unía, con el que nadie podría jamás relacionarme. Caminé durante horas a la orilla del mar, al borde de los acantilados solitarios. Hacía frío, pero iba enfundada en una gruesa bufanda y unos guantes de lana que me protegían. A lo lejos apareció una silueta que me resultaba conocida. Mis ojos se encontraron por un segundo con los del hombre, una vertiginosa sucesión de imágenes atravesó mi mente. Mi casa, las escrituras, los documentos de la hipoteca, el momento en que la policía me obligaba a abandonar mi hogar... Simplemente le empujé y observé su cara de horror mientras caía al vacío.



Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 03-02-2013: "Tormenta"

Edurne Iza, Tormenta
Sus sentidos fueron despertando uno tras otro. Entreabrió los labios y una bocanada de sal marina inundó sus fosas nasales y papilas gustativas. Luego sus dedos palparon la áspera superficie de las rocas y el estruendo de las olas rompiendo contra ellas alertó sus oídos. Finalmente fueron sus párpados los que con debilidad se levantaron para destapar ante sí un espectáculo de furia natural. Elementos en estado puro. Cuando consiguió procesar la información y darse cuenta de dónde estaba se sentó de un respingo y comenzó a buscar al resto de sus compañeros. Unos metros más allá le pareció ver algo que se mecía a merced de las olas. se acercó y vio el cuerpo de Juan, con la cara hundida en la arena y un charco de sangre rodeando su cabeza. Luego encontró a Tomás y a Pedro. También sin vida. Ángela era la única que no aparecía. Recorrió la zona arriba y abajo incesantemente en busca de algún rastro de su amiga, pero nada. Definitivamente había desaparecido. Parecía ser ella la única superviviente de aquella estúpida excursión que los viejos marinos del lugar tanto les habían desaconsejado. Fueron varios los que advirtieron al grupo de jóvenes que no debían aventurarse mar adentro con la tormenta que se avecinaba y sin embargo, desoyeron todas las advertencias y se echaron a navegar. Continuó caminando sin rumbo, con la esperanza de encontrar alguna población cercana donde poder explicar su desgracia y que vinieran a recoger los cuerpos de sus amigos. No podía abandonarlos allí para que fueran pasto de los peces. No sabía con exactitud dónde se encontraba, cuántas millas el océano enfurecido les habría desviado de su ruta. Dobló un recodo, luego otro. La tormenta había cesado y el mar mostraba ahora su cara más amable e inofensiva.

Al borde de la extenuación se sentó en unas piedras para recobrar el aliento, con la mirada perdida en el vacío, sin poder creer aun lo que les había sucedido. Juan, Tomás y Pedro muertos, Ángela desaparecida y ella allí, perdida en aquel paraje inhóspito. Absorta en sus pensamientos como estaba, tardó unos segundos en reconocer la voz de Ángela llamándola por su nombre. Parecía proceder de mar adentro pero allí no había nada. Se frotó los ojos incrédula y de pronto descubrió a lo lejos la pequeña embarcación en la que había comenzado toda la tragedia. ¡Era Ángela y estaba viva!.

Entre sollozos, las dos amigas se abrazaron y Ángela le relató como una ola gigantesca había barrido la cubierta arrastrando a todos menos a ella que se había atado fuertemente al timón para no dejar el barco a la deriva. Varias veces estuvo a punto de naufragar, pero la fortuna y su destreza con el timón, hicieron que aguantara. Luego cayó rendida sobre cubierta y al despertar se percató de que sus amigos ya no estaban y decidió recorrer la costa en su busca. Juntas recogieron los cuerpos de sus amigos y pusieron proa al puerto de origen. No sabían si sentirse afortunadas o culpables.



Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 27-01-2013: "¡Malditos artistas!"



Edurne Iza, ¡Malditos artistas!
Le parecía mentira haber escapado. Respirar de nuevo el aire limpio y no el denso fluido viciado de la cueva. Sus ropas estaban desgastadas y agujereadas, sus zapatos tenían las suelas abiertas. Debía hacer frío, mucho, porque al alzar la vista, observó que las ramas de los árboles, cubiertas de nieve, se habían congelado. Sin embargo, lo único que sentía era la tibia y reconfortante caricia de la libertad. Se detuvo unos segundos y contempló el paisaje, le parecía caminar a través de un bosque de cristal. Se hubiera quedado admirando aquella escena de cuento durante horas, pero no podía correr riesgos. Pronto se darían cuenta de su ausencia y comenzarían a buscarle. Volviendo bruscamente a la realidad miró hacia atrás para comprobar si le seguían y descubrió horrorizado sus propias huellas en la nieve marcando delatoras el camino que estaba siguiendo. Debía borrar su rastro para evitar ser capturado, así que arrancó unas cuantas ramas del camino y removió la nieve a su alrededor hasta que las pisadas quedaron confundidas con la tierra, la hojarasca y las marcas que habían dejado algunos animalillos del bosque. No podía estimar cuanto tiempo había permanecido recluido en aquella cueva. Las horas habían desaparecido de su mente y el sistema de medición se había convertido en el intervalo transcurrido entre una paliza y la siguiente. Aquellos salvajes estaban convencidos de que él podía ofrecerles información acerca del paradero de un tal general Stark. No había oído ese nombre en su vida, ni tenía nada que ver con generales, armas o secretos de estado. Durante su cautiverio había intentado comprender por qué él. Un simple escritor fracasado que había tenido que recurrir a publicar folletines para pagar sus facturas a fin de mes. Lo cierto era, que aquellos tipos estaban convencidos de que él poseía una valiosa información y dispuestos a obtenerla a cualquier precio. También comprobó que sabían bien cómo hacer sufrir a un hombre llevándolo al límite de sus fuerzas pero sin matarlo y sintió en su propia piel la resistencia del cuerpo humano. Le habían golpeado cada músculo, arrancado uñas de las manos y pies, apenas le daban alimento y sin embargo, con el descanso adecuado entre tortura y tortura, su vida se había convertido en una montaña rusa de dolor y penalidades.

Edurne Iza, ¡Malditos artistas!
Absorto en sus reflexiones, alcanzó un camino. Estaba lleno de pisadas y marcas de esquíes y trineos. Al final del sendero vislumbró una cabaña de madera. Pensó que podía ser su salvación y aceleró el paso todo cuanto sus doloridos miembros le permitieron. Comenzaba a presentar síntomas de congelación e hipotermia, no podía pensar con claridad y sin embargo, sabía que debía alcanzar aquella cabaña. Pensó en gritar y alertar a sus posibles habitantes, pero se arrepintió en el acto, pues podría, en su lugar, marcar el camino a sus captores. Cada vez veía la casa más cerca e intentó abstraer su mente del dolor pensando en algo que le reconfortara. De ese modo no notaría las agudas puñaladas que el frío le iba propinando. Se prohibió mirar hacia el suelo, para no ver sus pequeños dedos de los pies amoratados e insensibles desplazarse por la nieve agonizantes. Cuando había recorrido la mitad del sendero, ya no caminaba si no que arrastraba una de sus piernas, dejando un rastro claro en la blanca nieve. Hacía ya un rato que había perdido la rama con la que borraba sus huellas.


Edurne Iza, ¡Malditos artistas!
 Simplemente no tenía fuerzas. No podía más. Divisó ante sí la diminuta construcción de madera y se desplomó antes de poder alcanzar la puerta. Unas voces angustiadas lo hicieron regresar del mundo de los sueños. Levantó los párpados con debilidad y al reflejo de las llamas crepitantes de una chimenea, vio el rostro de una mujer que intentaba desesperadamente reanimarle. "¡Está vivo! ¡Gracias a Dios!". Entonces, le envolvió de nuevo la oscuridad.


- ¿Qué me dice señor Williams?
- Pues le digo que deja usted en este texto muchas incógnitas y preguntas sin resolver.
- Acordamos que le entregaría tan sólo las primeras páginas, para que pudiera usted hacerse una idea de la dinámica de la novela. No me dirá que no es emocionante...
- No puedo negarle que me ha gustado, es cierto.

- Entonces... ¿Aceptaría usted darme un adelanto para cubrir gastos mientras continúo escribiendo?
- Le daré un adelanto... No me extraña que el personaje de su novela sea un escritor arruinado que malvive de folletines... ¡Tiene usted dónde encontrar inspiración!.
- Sí señor Williams, lo que usted diga, pero acordemos ahora ese adelanto ¿de acuerdo?.
- Está bien, está bien... ¡Malditos artistas!

Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 20-01-2013: "Sabes más que los ratones coloraos"

Paseaba yo esta mañana, disfrutando del frío siberiano que azotaba la minúscula parte de mi rostro que no quedaba cubierta por la bufanda y el gorro, cuando ante mí ha aparecido esta simpática figura de latón, representando a dos pequeños roedores. Su imagen, me ha hecho recordar la popular frase "sabes más que los ratones coloraos" y he decidido investigar su origen. Carlos Canales y Jesús Callejo, publicaron en 1994, una guía en la que se explica el origen de diversos seres mágicos que plagan las historias infantiles más tradicionales. Al parecer, los ratones coloraos, son unos duendecillos que habitan en los bosques y que sólo pueden ser vistos por los niños. Adoptan forma de ratoncito vestido de rojo para realizar piruetas y morisquetas, capaces de entretener a los más pequeños. Así, ante la incrédula mirada de sus progenitores, el pequeñuelo que minutos antes lloraba o protestaba aburrido, parece distraerse, observando a la nada. Los adultos, en su necesidad de encontrar una explicación al repentino cambio de actitud de los niños, que han encontrado mirando al vacío  un entretenimiento, lo justifican, diciendo que son esos inteligentes seres, invisibles para los mayores los que con sus argucias, hacen las delicias de sus hijos. De ahí que aún en nuestros días, sigamos diciendo que aquellos que consideramos listos y espabilados, saben más que los ratones coloraos. Aún corriendo el riesgo de sonar un tanto repetitiva, no puedo evitar la tentación de terminar la historia de hoy diciendo que... colorín colorado, este cuento se ha acabado.


Foto: Edurne Iza, tomada en el puente Carl-Theodor de Heidelberg
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 13-01-2013: "Barcelona abierta al mar"

Edurne Iza, Barcelona abierta al mar
Barcelona es una ciudad de algo más de 1.600.000 habitantes, situada en un llano que queda delimitado por la sierra de Collserola al Oeste, el mar al Este, el río Besós al Norte y el río Llobregat al Sur. Posee uno de los puertos marítimos más importantes del Mediterráneo, un aeropuerto que fue utilizado, sólo en 2011, por más de 34 millones de pasajeros y ha sido en los dos últimos siglos, anfitriona de numerosos eventos deportivos y culturales de índole internacional como la Exposición Universal de 1888, la Exposición Internacional de 1929, Los Juegos Olímpicos de verano de 1992 y el Fórum Universal de las Culturas de 2004. 
Haciendo un poco de historia, encontramos indicios de los primeros pobladores de esta ciudad allá por los años 2.000 a 1.500 antes de Cristo, si bien es cierto que los primeros registros destacados de población, se atribuyen a los layetanos, un pueblo íbero asentado en la zona entre los siglos VII y VI antes de Cristo. Los primeros antecedentes del nombre Barcelona parecen estar relacionados con Amílcar Barca, padre de Aníbal, y que refundó la ciudad tras su toma por los ejércitos cartagineses. No obstante, cuando los romanos derrotaron a las tropas de Barca y se hicieron con la ciudad, la rebautizaron hacia el año 10 antes de Cristo como Colonia Ivlia Augusta Faventia Paterna Barcino.
En la actualidad existen en Barcelona ocho puntos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, entre los que encontramos espacios o edificios tan emblemáticos como el Parque Güell o la Casa Milá. El litoral de la ciudad está dividido por diez playas que de sur a norte son: playa de San Sebastián, San Miguel, Barceloneta, Somorrostro, Nueva Icaria, Bogatell, Mar Bella, Nueva Mar Bella, Levante y los baños del Forum.
Barcelona está hermanada con al menos veintiséis ciudades de todo el mundo entre las que destacan: Atenas, Boston, Dublín, Río de Janeiro o La Habana. En un paso adelante Barcelona ha firmado, en los últimos años, convenios de amistad y cooperación con otras tantas ciudades, con el fin de establecer objetivos claros y tangibles.

Fuentes consultadas:



Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 30-12-2012: "El fenómeno de las comunicaciones"

Edurne Iza, El fenómeno de las comunicaciones
Aún no han pasado cincuenta años desde que en 1969 se inventara el protocolo de comunicaciones TCP/IP que permitiría crear Internet como un conjunto descentralizado de redes de comunicación. Se inició como método de conexión entre varias universidades estadounidenses. No fue, sin embargo, hasta 1990, cuando se creó el primer cliente y servidor Web, llamado WorldWideWeb y que desembocaría en la archiconocida www. Nació en Ginebra, de la mano de un grupo de físicos con Tim Berners-Lee a la cabeza. Crearon primero el lenguaje HTML, basado en el SGML, el efecto bola de nieve había comenzado.
En 1995, Sabeer Bhatia, nacido en India y doctorado por la Universidad de Stanford, en colaboración con Jack Smith, desarrollaron el primer servicio de correo electrónico gratuito y basado en la Web de Microsoft. Se dio a conocer oficialmente en Julio de 1996 y realmente cambió el concepto de comunicaciones.
Los jóvenes nacidos en las décadas de los 70 y 80 absorvimos entusiasmados esta nueva forma de compartir información. La adaptación fue vertiginosa y casi natural. Pronto quedaron atrás las cartas manuscritas, postales de Navidad y otros artilugios que hoy son casi dignos de vitrina de museo. Los nacidos a partir de los noventa ni siquiera conciben quedar con alguien en un lugar y a una hora, sin necesidad de enviar varios SMS o Whats App para confirmar la cita. No han vivido la sensación de salir de casa a las cinco diciendo "vuelvo a las once" respirando la libertad de que nadie esperara noticias durante esas seis horas.
Microsoft adquirió Hotmail en 1997 por cuatrocientos millones de dólares y lo rebautizó como MSN Hotmail.  En  Septiembre de ese mismo año, dos estudiantes de doctorado en ciencias de la computación, Larry Page y Sergey Brin, registraron el dominio de Google. Un año después fundan Google Inc que se estrena como motor de búsqueda en Internet, superando en muy poco tiempo a su antecesor AltaVista, creado en 1995. Pronto surge Adwords, la Barra Google, Google Maps, Imágenes, Noticias, Earth, Talk, Picasa, Calendar, Docs... y un sin fin de servicios propios o adquiridos, como el popular Youtube que fue comprado por Google en 2006.
Hoy a punto de entrar en 2013, nos parece inconcebible un mundo sin netbooks, ultrabooks, tabletas, smartphones, Facebook, Twiter, iCloud, iPod....
Quizá fuera a esto a lo que se referían los Mayas en su profecía del fin del mundo, porque no podemos negar que hace ya unos años que el mundo tal y como se concebía hace unas pocas décadas, ha desaparecido. El reto para las generaciones venideras es no permitir que la tecnología nos domine. Que nuestros hijos prefieran un abrazo humano a sumergirse en el mundo de Warcraft y que el mejor 3D siga siendo disfrutar frente al océano de una puesta de sol.



Fuentes consultadas:
http://es.wikipedia.org/wiki/Internet
http://es.old.buzzear.net/tag/jack%20smith
http://www.indobase.com/indians-abroad/sabeer-bhatia.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Google

Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 23-12-2012: "El renacer de Virginia II"

Edurne Iza, El renacer de Virginia-^2°parteAmarró la barca y se dispuso a inspeccionar el islote. En aquel pedazo de mundo perdido entre la niebla, Virginia se sentía segura. Se acercó al faro. Vio que la pequeña puerta de madera que daba acceso a la torre, estaba abierta y golpeaba a merced del viento. Decidió entrar. No tenía miedo, era como si hubiera estado allí con anterioridad. A pesar de la humedad de las paredes, de la oscuridad y de los restos que las tormentas y el abandono habían desperdigado por todas partes, no tenía miedo. Por primera vez desde la desaparición de sus padres, sólo sentía paz. Decidida, subió la escalera de caracol hasta llegar a la parte superior y allí se encontró una estancia acogedora y muy amplia. Era un espacio circular y diáfano donde el dormitorio, el salón y la cocina, quedaban separados por algún mueble estratégicamente colocado o por la misma forma de la construcción. Un loft, pensó Virginia, con una sonrisa dibujada en los labios. Lo que darían mis amigos del club por vivir en un ático con vistas al océano. Su rostro se tiñó de amargura al recordar a esos amigos que hacía ya mucho la habían olvidado. Había unos cuantos enseres de madera, sucios pero aún aprovechables. Le llamó la atención un escritorio colocado de forma estratégica junto a una de las ventanas. La luz natural lo iluminaba con unos haces gruesos que Virginia parecía poder rodear con su mano. Distinguió una fotografía en una de las esquinas de la mesa. Tomó el marco, sopló para liberarlo de la densa capa de polvo que lo cubría y observó una imagen que la dejó atónita. Era ella, con no más de dos o tres años, sentada en las rodillas de un anciano, que sin embargo proyectaba la viva imagen de su padre. El hombre y la niña estaban sentados en un paraje idílico, las olas de fondo, ellos, cubiertos con gorros y bufandas, al abrigo de una glorieta con columnas de piedra. Era como un cenador mirando al mar embravecido. Virginia liberó la fotografía del marco y la giró para comprobar si había alguna anotación en su parte posterior. Su madre siempre escribía algo que le permitiera identificar en la imagen, quién y dónde. "Por si algún día no puedo recordarlo", solía decir. Los ojos de Virginia se humedecieron de nostalgia. Se acercó a la ventana para ver con más nitidez "El abuelo y Virginia en el viejo faro". Efectivamente, era la caligrafía de su madre.
Las reflexiones se agolparon en su cabeza. Por eso había percibido que conocía el lugar, ella ya había estado allí. Pero entonces, el hombre de la foto era su bisabuelo y ¿dónde estaba aquella glorieta de la fotografía? Debía salir de inmediato a inspeccionar la zona.
Bajó atropelladamente las escaleras, rodeó el faro e instintivamente se dirigió hacia una parte algo menos elevada del terreno. Descendió unos cuantos metros sorteando las rocas que con salvaje naturalidad protegían la atalaya. Al girar un recodo apareció ante ella el cenador. Siete columnas de piedra describían un círculo desafiando la inmensidad del mar. Se sentó exactamente en el mismo lugar en el que aparecían en la fotografía. Permaneció allí durante horas, escudriñando en su memoria los breves flashes de infancia en aquel remoto lugar. el sol ya desaparecía en el firmamento. Respiró con profundidad y dijo, estoy en casa. Volvió a la torre. Rebuscó en los armarios y cajones y para su sorpresa, encontró todo lo necesario para limpiar, reparar y organizar la estancia. Era como si nadie después de su bisabuelo hubiera vuelto a entrar allí. Como si aquel rincón del universo hubiera permanecido en silencio esperando que ella volviera un día a devolverle la vida que hacía tanto tiempo había perdido.
Las siguientes semanas Virginia se dedicó a arreglar las puertas y ventanas, limpiar en profundidad y ordenar sus pensamientos. En uno de los cajones del escritorio encontró cuadernos en blanco y bolígrafos. Al morir sus padres, una anciana sentada en los pasillos del tanatorio le había dado un consejo, "Escribe todos tus pensamientos, te ayudará a superarlo". Hasta entonces la joven había hecho caso omiso del consejo y sin embargo, allí, en el fin del mundo, pasaba los días escribiendo, paseando y pescando con una vieja caña que encontró en una alacena. Agradeció que la pesca deportiva fuera bien vista en los círculos sociales de su antigua vida. No hubiera podido sobrevivir de otro modo y sin embargo, ya estaba harta de comer sólo pescado.
Una lluviosa mañana, mientras paseaba con sus cuadernos llenos de notas junto al faro, le sobresaltó la voz de un hombre que la saludaba desde lejos. Resultó ser un agricultor que vivía en el litoral, justo frente a la torre. Virginia, recelosa al principio y relajada después, le contó su historia y cómo había llegado hasta allí. El hombre se interesó por sus escritos y le comentó que su hijo trabajaba en un periódico de la ciudad. Se notaba que el hombre estaba orgulloso y le pidió que le prestara algunas de las hojas, para que su hijo las valorara.
- A mí me parecen muy buenos y a ti te vendría bien algo de dinero con el que poder comprar ropa y comer algo más que pescado ¿no crees?. De momento te pasaré un cesto con tomates y algunas verduras. Considéralo un adelanto.
Virginia asintió sin muchas esperanzas. No podía creer que aquel hombre de manos curtidas y ojos sumergidos en una inmensidad de pequeñas arrugas, pudiera estar ofreciéndole una salida a su vida. Sin embargo, algo en su rostro le infundía confianza, como si ya se hubieran visto antes.
Al cabo de unos días el viejo regresó dando a Virginia unas noticias increíbles. Sus relatos habían fascinado al editor del periódico que le ofrecía un precio razonable por entregas semanales durante seis meses. El viejo entregó a Virginia un sobre con algo de dinero para pagar la primera entrega. A la muchacha le pareció una fortuna y abrazó al anciano llorando de emoción.
- Gracias, atinó a decir con voz ahogada.
El viejo le entregó los datos del editor para que Virginia pudiera organizar directamente sus entregas. 
- He visto que tienes una barca así que ahora que ya tienes algo de dinero y la dirección del periódico, no necesitas a un viejo como yo para que te haga de intermediario.
Virginia compartió con él la pesca del día y una animada charla. Al anochecer el hombre tomó su lancha y desapareció entre la niebla. Virginia escribía con más dedicación que nunca. Tomaba la barca cada semana y se acercaba a la ciudad. Entregaba sus escritos, cobraba, realizaba sus compras y regresaba al faro por la tarde. 
El anciano nunca más regresó. Infructuosas fueron las pesquisas de la joven en el periódico. Nadie parecía conocer a un hombre que trabajara allí y cuyo anciano padre fuera agricultor. Su benefactor desapareció como la niebla a mediodía.
Un año después, publicaba su primera novela, "El faro de Virginia" En la primera página podía leerse:
 "Con amor a mi bisabuelo,
eterno recuerdo a mis padres
e infinita gratitud a mi salvador"




Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 09-12-2012: "Tres eran tres..."

Edurne Iza, Tres eran tres...

Tres eran tres las hijas de Elena; tres las hijas del Rey; Los Reyes Magos de Oriente; los cerditos; los monos sabios; tres eran los ángeles de Charlie; los mosqueteros; tres son los puntos de apoyo necesarios para mantener un objeto en equilibrio; tres puntos no alineados son suficientes para determinar un plano y una circunferencia; un número natural es divisible entre tres, si la suma de sus dígitos es divisible entre tres; no podemos olvidar la regla de tres; las medallas olímpicas; los premios de la lotería; a la tercera va la vencida; WWW; tres en raya; el concurso un, dos tres; la cuenta atrás... Tres, dos uno...

Detalle de la fachada del Colegio de Arquitectos de Barcelona. Una parte de los Frisos realizados por Picasso en 1960. Leer más en:

http://www.blogmuseupicassobcn.org/2012/07/50-anos-de-los-esgrafiados-de-picasso-en-el-col%C2%B7legi-d%E2%80%99arquitectes-de-catalunya/?lang=es


Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 02-12-2012: "¡Qué vienen!"

Edurne Iza,¡Qué vienen!

Las acrobacias de los aviones habían dejado el cielo pintado con curiosas líneas blancas. Recreando las piruetas que tan sólo unos minutos antes aquellos colosos de acero habían realizado en un claro desafío a la gravedad. Miguel, como siempre, seguía con su cámara todos los movimientos para dejar constancia gráfica e informar al mayor número posible de personas. Absorto como estaba en su tarea, se quedó perpelejo cuando divisó a lo lejos una luz muy brillante. Parecía moverse de un lado al otro del horizonte y Miguel la observó con curiosidad durante unos segundos. De pronto escuchó gritos, carreras y en tan sólo unos instantes la confusión reinó a su alrededor.
No entendía lo que estaba sucediendo, pero algo le decía que debía seguir grabando. Así que asió con determinación la empuñadura de su cámara y enfocó al punto de luz. La multitud pasaba a su lado aterrorizada, el público que asistía a la exhibición acrobática era muy numeroso e impresionaba ver aquella masa de gente corriendo descontrolada. Una mujer tropezó con la cámara y cayó al suelo aparatosamente. Miguel se agachó para ayudarle al tiempo que aprovechaba para obtener algo de información

- ¿Qué sucede? ¿Por qué corre toda esta gente? ¿De qué huyen?
- ¡De qué no, de quién! ¡Huya! ¡Qué vienen!
- ¿Pero quienes vienen?
- ¡Hágame caso y huya!- es lo único que la mujer atinó a gritar antes de continuar con su carrera

Miguel estaba desconcertado y el pánico comenzaba a apoderarse de él. Entonces, a lo lejos distinguió una especie de enormes monstruos metálicos que daban grandes saltos y arrasaban todo cuanto quedaba a su paso. Ajustó el Zoom de su cámara y vio que los robots bajaban por cientos de tres naves de color marrón que cubrían por completo la línea del horizonte y emitían la extraña luz que había visto al principio. No daba crédito a lo que estaba viendo. Algo parecido sólo era posible en una de esas taquilleras películas hollywoodienses, pero no aquí, en la pequeña ciudad de provincias que le vio nacer.
Cuanto más se acercaban los gigantes de metal, mejor podía distinguir la crueldad de sus movimientos. Agarraban a la gente por la cabeza arrancándosela de cuajo, aplastaban con sus pies los coches con sus ocupantes dentro, por los ojos, lanzaban una especie de llamaradas que calcinaban todo lo que hubiera podido quedar con vida. Miguel apartó la vista del visor y se percató de que podía ver la matanza sin necesidad de utilizar el aumento del objetivo, eso significaba que avanzaban muy deprisa y en ese momento comprendió que ya no tenía tiempo. Miró su cámara, la devastación que había a su alrededor y decidió continuar de pie, grabando aquel cataclismo. Uno de los gigantes metálicos se dirigió hacia él y levantó su enorme pie para aplastarlo. Entonces vino a la mente de Miguel, la imagen de aquellos pobres músicos del Titanic que optaron por continuar tocando mientras las aguas devoraban el coloso y todo cuanto en él había. Sólo deseó que la cinta se salvara para que las generaciones venideras, supieran alguna vez lo que había pasado en aquella tranquila mañana de Domingo. El pie del robot bajó a toda velocidad justo sobre Miguel, luego... Oscuridad.



Foto: Edurne Iza
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La Foto de la semana 18-11-2012: "Mi deseo de Navidad: Yo no te pido la Luna"

Edurne Iza, Mi deseo de Navidad: Yo no te pido la Luna

Yo no te pido la Luna, sólo un trabajo y comida en el plato de mis hijos. No te pido joyas, ni perfumes caros, ni muebles de madera noble. No te pido viajes exóticos ni una casa de veraneo. No necesito una cuenta en Suiza ni un coche de alta gama.
 
Mi voz es la de uno de tantos ciudadanos que está sufriendo en sus carnes la mala gestión de los políticos. La ambición desmedida de algunos empresarios y la incapacidad de los gobernantes.
 
No hay trabajo para mí. Porque soy hombre, porque soy mujer, porque tengo más de cincuenta, porque tengo menos de treinta, porque estoy en ese intermedio que ni treinta ni cuarenta, porque tengo demasiados estudios, porque no tengo formación suficiente, porque no hablo inglés, porque mi inglés is too good, porque me fascina la tecnología, porque soy de la escuela del papel y el lápiz. Lo cierto es, que no hay trabajo para mí.
 
Hoy he venido ante ti para entregarte una carta con el regalo que me gustaría recibir en estas fiestas. Espíritu de la Navidad, yo no te pido la  Luna, sólo vivir con dignidad.


Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 04-11-2012: "Santa Caterina"

Edurne Iza, Santa Caterina

Deambulaba por la ciudad, sin rumbo. El cielo amenazaba tormenta y se iba tiñendo de un gris plomizo y algo tenebroso. Bajé la vista aun calculando cuantos minutos quedarían hasta que comenzara a llover y descubrí ante mí un edificio majestuoso. El tejado estaba formado por miles de diminutas piezas de cerámica de diferentes colores que simulaban las frutas y verduras que se vendían en su interior. Al acercarme a la fachada principal comprendí que se trataba de un mercado. Un mercado con vida propia pero sobretodo con una larga historia de la que han sido parte muchos de los ciudadanos de Barcelona.

En sus orígenes, allá por el siglo XIII, Santa Caterina era un monasterio dominicano que se constituyó más adelante en la primera sede del consejo de ciento de la ciudad. Sin embargo, fruto de las revueltas de la época y pese a su elevado contenido artístico, fue derruido en 1835.  Sobre sus ruinas, se levantó el primer mercado cubierto de Barcelona y del antiguo convento, sólo quedó el nombre, convirtiéndose así en el Mercado de Santa Caterina. Su construcción comenzó en 1844 y finalizó cuatro años más tarde. Durante la posguerra en los años cuarenta del siglo XX, se convirtió en un centro crucial de abastecimiento tanto de Barcelona como de las ciudades aledañas: Sant Adriá del Besós, Badalona, Santa Coloma de Gramanet, el Masnou, Mataró... Los tranvías facilitaban a los ciudadanos el traslado desde estas poblaciones, hasta la calle Trafalgar y la Ronda de Sant Pere, situadas en las inmediaciones del mercado.

Este espectacular edificio ha sido recientemente restaurado, manteniendo la estructura original, pero resaltando el llamativo tejado mediante mosaicos inspirados en el trabajo de Gaudí. El de Santa Caterina, es el segundo mercado de Barcelona en antigüedad después del de la Boquería. Hoy en día además de un centro de compra de productos frescos de primera calidad para los vecinos de Barcelona, se ha convertido en punto de encuentro y atracción turística. En sus inmediaciones la oferta de restauración y ocio es amplia y diversa, lo cual ofrece un aliciente adicional a quienes deciden visitar tan singular construcción. Además el mercado se encuentra adaptado a las nuevas tecnologías ofreciendo servicios de compra on line.

Tras un colorido e histórico paseo por las más de 180 paradas de fruta, verdura, carne, pescado, flores o legumbres, salí a la calle y casi había anochecido. Decidí quedarme a cenar por la zona y disfrutar en Santa Caterina, de una velada perfecta ayer, hoy y siempre.
 


Foto: Edurne Iza
Texto: Onintza Otamendi Iza
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La Foto de la semana 21-10-2012: "A flote"


Desde el amanecer, hasta el ocaso y viceversa. Sin detenerse un solo segundo, la actividad de los puertos de mercancías es frenética. Hoy nos acompañan tres panorámicas del puerto de Barcelona, tomadas a diferentes horas, una tarde de domingo.

Edurne Iza, A flote

El puerto de Barcelona, está situado en un enclave geográfico estratégico. En los últimos años, se ha convertido en el mayor puerto de cruceros del Mar Mediterráneo y el segundo del mundo detrás tan sólo del de Miami. Sirve de escala a 313 líneas regulares conectando 423 puertos en todo el mundo. Por él circulan más de cincuenta millones de toneladas de mercancías cada año, cerca de dos millones cien mil contenedores, 8.900 buques y dos millones y medio de pasajeros de los que más de la mitad viajan en crucero. El puerto de Barcelona ha experimentado en los últimos años diversas ampliaciones que le han permitido adaptarse al vertiginoso crecimiento de su actividad. 

Edurne Iza, A flote

Es importante conocer que la norma que regula el transporte de mercancías por vía marítima dependerá de su carácter internacional o nacional. En el caso del contrato de transporte marítimo internacional de mercancías (en el que “los puertos de origen y de destino están situados en países diferentes”), deberemos remitirnos a la Convención de Bruselas para la unificación de ciertas reglas en materia de conocimientos de embarque (Reglas de la Haya - 1924), el Protocolo Modificatorio a la Convención de Bruselas (Reglas de la Haya-Visby - 1968) y la Convención de Naciones Unidas sobre el transporte marítimo de mercancías (Reglas de Hamburgo - 1978), que serán los encargados de regir el tema. Por el contrario, si se tratara de un transporte marítimo nacional (“cuyo puerto de origen y cuyo puerto de destino están ubicados en el territorio de un mismo país”), son las normas del Código de Comercio (C.Co.) las encargadas de regular la materia.

Edurne Iza, A flote

Un elevado porcentaje de la industria del transporte de mercancías se realiza por vía marítima. Existen una amplia variedad de buques destinados al transporte de contenedores, mercancías a granel, sustancias peligrosas... acompañados de sus correspondientes regulaciones de seguridad, que se van actualizando o modificando, muchas veces después de experiencias dramáticas como el naufragio del petrolero monocasco Prestige, que transportaba 77.000 toneladas de fueloil, cuando una vía de agua provocada por los efectos de un fuerte temporal a la altura del Cabo de Finisterre, hizo que se hundiera a una profundidad de 3.850 metros, provocando uno de los desastres  ecológicos más lamentables de la última década. A consecuencia de la tragedia, se consiguió la prohibición en toda la Unión europea de los petroleros monocasco. Diez años después del hundimiento, el Prestige nos vuelve a recordar lo que ocurrió, ya que ha comenzado el juicio que intentará aclarar las circunstancias de la catástrofe. El próximo 13 de Noviembre declarará el que fuera capitán de la tristemente conocida nave, Apostolos Mangouras. Y al mismo tiempo nos recuerda el siempre abierto debate sobre  las banderas y los puertos de conveniencia y la lucha de los sindicatos internacionales para mejorar las condiciones de los trabajadores del mar y puertos así como las leyes de seguridad marítima.




Fotografías: Edurne Iza
Investigación y Texto: Onintza Otamendi Iza
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